TAMPOCO LE DEJABAN ADOPTAR
La situación de Rebeca Lewis era desesperada. Con 39 años, se veía obligada a tomar hasta 70 pastillas al día para soportar el dolor que le provocaba la rara enfermedad muscular que padece. La había incapacitado tanto que ya ni siquiera era capaz de caminar y tenía que moverse con una scooter.
Al tener que tomar tantos medicamentos, los médicos le desaconsejaban ser madre, ya que podría perjudicar al bebé.
Ante esto, Lewis tomó una decisión radical: su deseo de tener un bebé fue mayor a las consecuencias de no tener pierna, y decidió operarse.
La operación se practicó hace un año y ahora trata de caminar con una prótesis. "Deseaba terminar con el dolor y la medicación implacable, incluso si eso significaba perder mi pierna",asegura en The Sun.
Pese a ello, ahora confía en poder cumplir su sueño de ser madre.