TRAS AÑOS DE ANÁLISIS
La comisión constituida en Reino Unido para analizar la implicación británica en la guerra de Irak ha concluido que el Gobierno de Tony Blair se precipitó al sumarse a la alianza liderada por Estados Unidos y esgrimió la supuesta amenaza de las armas de destrucción masiva "con una certeza que no estaba justificada".
El responsable de este grupo, John Chilcot, ha explicado ante los medios que durante estos años ha tratado de analizar si la intervención británica fue "adecuada y necesaria" y si el país debería haber estado "preparado" para el largo conflicto que vino después.
El informe encuentra fallos antes incluso de la intervención, en el proceso de toma de decisiones. "Reino Unido eligió unirse a la invasión de Irak antes de que se hubiesen agotado otras opciones pacíficas de desarme", ha explicado Chilcot, quien ha apuntado que "la acción militar no era en ese momento el último recurso".
Tampoco entiende los argumentos esgrimidos por Blair y sus aliados internacionales sobre la supuesta tenencia de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Sadam Hussein. En este sentido, Chilcot ha advertido de que Blair presentó evidencias "con una certeza que no estaba justificada".
El exprimer ministro británico Tony Blair ha dicho que asume "toda la responsabilidad" por cualquier error cometido en la guerra de Irak, "sin excepción ni excusas". En una declaración divulgada tras la publicación del informe, Blair afirmó que tomó la decisión de "buena fe" y para el "mejor interés" de su país.
El propio ex primer ministro reconoció en 2015 por primera vez por los "errores" de la guerra de Irak y admitió, entre otros aspectos, que las autoridades británicas no disponían de información de Inteligencia certera sobre la presencia de armas de destrucción masiva en el país árabe.
La debilidad del argumentario pone también en entredicho la legitimidad de la invasión. "Las circunstancias en las que se decidió que había base legal para una acción militar de Reino Unido distan mucho de ser satisfactorias", ha asegurado Chilcot, según la BBC.
La comisión también ha cuestionado la preparación de Reino Unido ante las consecuencias que podrían derivarse de la invasión y ha dicho que Londres subestimó los riesgos. Asimismo, ha determinado que el Gobierno "fracaso al alcanzar los objetivos" que se había marcado antes de enviar tropas a Irak.
"Blair había sido alertado de que la acción militar aumentaría la amenaza de Al Qaeda para Reino Unido y los intereses británicos. También fue advertido de que una invasión podría llevar a que las armas y los equipos de Irak terminaran en manos de los terroristas", ha añadido Chilcot.