Florencia
La joven subió a la estatua del Bacco de Giambologna, la abrazó y adoptó posturas provocativas y soeces.
La escena ha provocado una ola de indignación y protestas en las redes sociales. Una joven turista ha escalado el Bacco de Giambologna en Borgo San Jacopo (Florencia), ha abrazado la escultura, ha guiñado un ojo de forma burlona y ha adoptado posturas provocativas y soeces.
Todo esto estaba siendo presenciado por decenas de transeúntes. Uno de ellos fotografió a la turista desde una de las esquinas del Ponte Vecchio. La imagen fue rápidamente difundida a través de las redes sociales, generando una avalancha de críticas por la ofensa a la ciudad y a su patrimonio.
Algunos usuarios pidieron prisión para la joven, que aparentemente no estaba sobria en el momento del incidente. Otros, en tono sarcástico, sugirieron que se debería obligar a los turistas a pasar una prueba antes de entrar a Florencia, para que comprendan la importancia y fragilidad del patrimonio que están visitando.
El Bacco de Giambologna es una escultura de bronce creada en la década de 1560 que está actualmente protegida en el museo del Bargello. Desde 2006, una copia de la estatua, realizada por la fundición artística Marinelli, se encuentra en Borgo San Jacopo, junto a la antigua fuente de mármol del Centauro. Esta es la que escaló la turista.
A pesar de ser una reproducción, sigue siendo una pieza valiosa y sufre el riesgo de daños debido a actos imprudentes como este. Pero más allá de esto, los florentinos denuncian el ultraje simbólico a la ciudad y a su historia. Sienten que los turistas tratan el patrimonio cultural como si fuera un mero objeto de entretenimiento.
El incidente del Bacco no es aislado. Los graffitis en las paredes del Ponte Vecchio y las escaladas imprudentes al Duomo y la fachada de Santa Croce crean un panorama realmente preocupante para algunos. "¿Realmente necesitamos este tipo de turistas en Florencia?", se preguntan los usuarios en las redes sociales.
La superintendente de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje para la ciudad metropolitana de Florencia, Antonella Ranaldi, ya se ha pronunciado: "Los turistas son bienvenidos, pero debe haber respeto por nuestros monumentos, ya sean originales o copias. Dudo que esta señora, que ahora enfrenta las consecuencias de sus acciones, sepa la diferencia".
Este incidente ha reavivado el eterno debate sobre cómo preservar y proteger el valioso patrimonio cultural de Florencia frente a la creciente afluencia de turistas.
Patrizia Asproni, de Confcultura (asociación de empresas privadas para promover la mejora del patrimonio cultural italiano), ha sido contundente: "Florencia es una ciudad que no inspira respeto a los visitantes. Estas continuas manifestaciones de mala educación e incivilidad se producen porque cada uno se siente con derecho a hacer lo que quiera con impunidad. Hay que aplicar el 'modelo de Singapur' y poner controles estrictos, multas muy elevadas, tolerancia cero".
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