ESPECTACULARES IMÁGENES
Millones de indios le han dado la bienvenida al Nuevo Año Hindú y a la primavera con el Holi, una celebración durante la que se lanza agua y polvos de colores. Los participantes del Holi son de distinta edad, sexo, clase o casta. Según la tradición, esta festividad exorciza a los demonios y malos espíritus para invocar el bien, la alegría, el bienestar y la salud. La celebración propicia las reuniones familiares entre amigos que intercambian platos típicos y distintas especias.
Pero el Holi es sobre todo una guerra de colores: hasta las personas más serias se mezclan entre colores y vestimentas desenfadadas estos días y se dejan rociar con polvos de colores.
La única limitación que imponen las autoridades sanitarias es la de utilizar polvos orgánicos elaborados a base de plantas para evitar los daños y quemaduras que pueden provocar los productos químicos.
Por lo demás, todo vale en esta cordial guerra de colores. La festividad, una de más lucidas y masivas del calendario hindú, está asociada al culto a Krishna, el primer dios al que las castas bajas pudieron rezar porque nació en una familia de ganaderos.