EL CAMBIO DE ESTRATEGIA DEBILITA AL PRESIDENTE
El drástico cambio de posición por parte del presidente estadounidense Barack Obama en el conflicto sirio ha llevado a Washington a perder apoyo internacional. Ante la presión de Rusia, Obama ha pasado de anunciar un "ataque inminente" al régimen sirio a plantearse una "salida negociada" para evitarlo.
El presidente afirmaba a fecha 31 de agosto que Estados Unidos debería lanzar una acción militar "inminente" contra los objetivos del régimen sirio, tras el ataque perpetrado con gas sarín en los alrededores de Damasco. Sin embargo, catorce días después de este mensaje, tras la tensión acumulada, Obama renuncia a la amenaza militar y se decanta por la vía diplomática.
Sus titubeos, unidos a la falta de pruebas concluyentes sobre la autoría y sobre todo a la ausencia de una resolución de Naciones Unidas, echan abajo los esfuerzos de la Casa Blanca para recabar apoyo internacional.
Es en el propio país norteamericano, escaldado tras las experiencias de Irak y Afganistán, donde se hace más notoria la falta de apoyo. Solo un 20% de la población avala una intervención en Siria. Según expertos, el gran factor de la posición popular son las dudas que tiene el pueblo norteamericano de meterse dentro de otra guerra y la debilidad política de tener al Congreso con mayoría republicana.
Por su parte Rusia ha tomado la iniciativa diplomática de este conflicto, que ya se ha cobrado más de 110 mil muertos. Putin ha sabido aprovecharse de la indecisión de Obama y ha logrado convencer a su aliado Al Assad para que entregue su arsenal químico.
Moscú consigue así un valioso triunfo diplomatico y Al Assad evita un ataque norteamericano, al menos de momento.