Siria
Las imágenes muestran a hombres armados junto a la tumba en llamas, en un nuevo golpe simbólico al derrocado régimen de la dinastía Assad.
El mausoleo de Hafez al Assad, padre del derrocado presidente sirio Bashar al Assad, ha sido incendiado por grupos rebeldes en la ciudad de Qardaha, en la provincia de Latakia, la ciudad natal de la familia. Las imágenes, que se han difundido rápidamente en redes sociales, muestran a varios hombres armados gritando consignas mientras rodean la tumba en llamas.
En los videos se puede observar cómo parte del ataúd es arrastrado hacia el exterior y posteriormente incendiado. Este acto simbólico representa la ruptura definitiva con la dinastía Assad, que gobernó Siria durante más de cinco décadas con mano de hierro.
El incendio de la tumba de Hafez al Assad se produce en medio de la ofensiva de los rebeldes liderados por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que ha logrado tomar el control de Damasco y otras zonas clave del país.
Según indican los informes de los medios internacionales, Bashar al Assad huyó a Rusia, donde ha solicitado asilo político para él y su familia. Su paradero exacto no ha sido revelado, pero diversas fuentes aseguran que ya se encuentra bajo la protección del Kremlin.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, confirmó la quema de la tumba en Qardaha, y el periodista sirio Qusay Noor afirmó que la acción fue ejecutada por los insurgentes tras la toma de la región.
Hafez al Assad, nacido en una familia de origen alauí, una rama chií del islam minoritaria en Siria, se convirtió en una de las figuras más importantes y controvertidas de la región. Llegó al poder tras un golpe de Estado en 1970 y gobernó con mano de hierro hasta su muerte en el año 2000.
Durante su mandato, el control de la disidencia fue implacable. La revuelta de los Hermanos Musulmanes en Hama, en 1982, fue sofocada de forma brutal, dejando un saldo de alrededor de 20.000 muertos y una ciudad prácticamente destruida. La represión de la oposición interna se convirtió en una constante de su gobierno.
Hafez al Assad consolidó su control sobre las instituciones militares y de inteligencia sirias, creando una red de poder personalizada que le permitió mantener la estabilidad de su régimen durante tres décadas. Se le atribuye la creación del modelo de "divide y vencerás" que garantizó su permanencia en el poder.
En el ámbito internacional, se alineó con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, utilizando la cooperación militar y económica con Moscú para fortalecer el ejército sirio. Aunque en la Guerra del Golfo de 1991 apoyó a la coalición liderada por Estados Unidos contra Sadam Hussein, su lealtad a Moscú nunca se vio comprometida.
La muerte de Hafez al Assad en el año 2000 dejó el poder en manos de su hijo Bashar al Assad, quien no era inicialmente el sucesor designado. Su hermano mayor, Bassel, había sido preparado para suceder a su padre, pero falleció en un accidente de tráfico en 1994, lo que llevó a Bashar, un oftalmólogo sin experiencia militar ni política, a asumir el control del país.
El mandato de Bashar al Assad estuvo marcado por la represión de la Primavera Árabe en 2011, cuando manifestaciones pacíficas contra su régimen se transformaron en una larga y sangrienta guerra civil que dejó cientos de miles de muertos y millones de desplazados. Las denuncias por crímenes de guerra, el uso de armas químicas y la represión de la disidencia se convirtieron en el sello de su gobierno.
Durante la guerra, Bashar al Assad recibió el apoyo de Irán, Hezbolá y, especialmente, de Rusia, que intervino militarmente para sostener su régimen. Sin embargo, la reciente ofensiva rebelde liderada por Hayat Tahrir al Sham cambió el rumbo del conflicto, culminando en la caída del régimen de Assad y su posterior huida a Rusia.
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