CRISIS DE REFUGIADOS EN EUROPA
El Gobierno de Hungría anunció que extenderá hacia su frontera con Rumanía la valla levantada en su límite con Serbia para detener la entrada de refugiados, según la agencia MTI.
"El Gobierno ha decidido sobre la preparación de la construcción de una valla" en los límites con Rumanía, hasta una distancia "razonable", de la frontera húngaro-serbio-rumana, informó el ministro húngaro de Exteriores Péter Szijjártó.
La medida es necesaria, agregó, porque la valla ya construida en la frontera con Serbia podría desviar las rutas de los refugiados hacia Rumanía y de allí a Hungría. Por el momento, se trata sólo de los preparativos para luego, en una fecha no determinada aún, construir una valla, un proyecto que Hungría ha comunicado a Rumanía, indicó Szijjártó.
El ministro no concretó qué longitud tendrá esa valla y se limitó a decir que, probablemente, se construiría hasta el río Maros, a unos 20 kilómetros de la frontera con Serbia.
En una primera reacción, Rumanía calificó de incorrecta la decisión del país vecino, de la que se enteró minutos antes de que se anunciase públicamente, afirma en un comunicado el Ministerio rumano de Exteriores.
Bucarest considera que "el levantamiento de una valla entre dos Estados miembros de la Unión Europea y que son socios estratégicos no es un gesto correcto desde el punto de vista político, en conformidad con el espíritu europeo", añade la nota.
El Gobierno húngaro declaró el "estado de crisis" en dos provincias meridionales fronterizas con Serbia por la llegada de miles de refugiados durante las pasadas semanas.
El estado de crisis se prolongará medio año (con la posibilidad de ampliarlo) y en estos seis meses el Estado puede, entre otras prerrogativas, intensificar los controles fronterizos y la Policía y el Ejército asumir las tareas de registrar a los solicitantes de asilo.
Hungría selló ayer su frontera a los refugiados y sólo tramitará peticiones de asilo a ciudadanos de zonas de conflicto con documentación en los puntos de entrada oficiales y, a partir de hoy, aplicará una draconiana legislación que establece penas de tres años de cárcel por entrar en el país de forma ilegal.
Las autoridades de Hungría han interceptado en lo que va de año a más de 200.000 refugiados que han entrado en el país de manera ilegal, según la Policía.