ABSUELTO POR UNA PRUEBA DE ADN
"Eres libre. Muchas gracias y disculpa por lo sucedido". Eran las palabras que Cornelio Dupree esperó escuchar durante los 30 años que pasó en prisión por un delito que no había cometido.
Por fin, ayer martes, fue exonerado de los cargos de secuestro, violación y robo de una mujer blanca de 26 años en 1979 en el estado de Texas.
"Las palabras no pueden compensar lo que he perdido. Mis padres han muerto. Hay que revisar el sistema para que esto no le vuelva a pasar a nadie", asegura Dupree.
Una rueda de reconocimiento bastó para que fuera condenado a 75 años de cárcel. Después de 30 vividos en prisión, las pruebas de ADN han demostrado su inocencia.
"Los errores de identificación por parte de los testigos es la causa mayor de condena a inocentes en los EEUU sino en todo el planeta", asegura Barry Scheck, abogando defensor de Dupree.
Cornelio, de 51 años, pudo haber obtenido la libertad condicional en dos ocasiones a cambio de declararse culpable de un delito sexual. Él renunció y mantuvo que era un hombre inocente.
El Estado tendrá que indemnizarle con más de 60.000 euros por año en prisión. Ahora, su único interés es recuperar una juventud que no pudo vivir en libertad.