Sucesos médicos
El paciente había acudido a la consulta para la revisión de sus gafas pero, tras un error médico, el hombre perdió la vista por completo.
Un marsellés de 43 años acudió a la consulta con su oftalmólogo con el objetivo de revisar sus gafas. Sin embargo, Adrien salió completamente ciego de la cita con su médico. Este terrible error médico ocurrió en octubre de 2020 en Marsella, Francia. El caso se encuentra ahora en los tribunales.
Todo sucedió cuando, en primer lugar, el médico no comprobó la identidad de su paciente. Fue entonces cuando, al confundirlo con otro paciente, el doctor comenzó a realizarle tratamientos con láser. Adrien relata para la BFMTV cómo en apenas 10 minutos se quedó completamente ciego. El médico atribuye este error a una confusión de expedientes.
¿Cómo sucedió?
El paciente relata cómo, nada más entrar en la consulta, el doctor, sin identificarle ni preguntarle nada, le pidió que tomara asiento y posara su frente sobre una máquina. Tal y como cuenta Adrien a la BFMTV, a pesar de preguntarle al médico sobre la máquina y la relación de esta con sus gafas, el doctor continuó con el procedimiento añadiendo: "termino y luego te explico". Incluso tras ese instante, Adrien asegura que el médico le llamó por otro nombre, y de ahí la innegable confusión.
Este hombre de 43 años asegura que no notó nada, ni siquiera dolor o molestia. Sin embargo, tras 10 minutos de haber sido intervenido con el láser, Adrien quedó completamente ciego. Este hombre ha tenido que someterse a dos operaciones para recuperar parcialmente la vista, pero todavía es muy sensible a la luz y depende de medicación para soportar el dolor cada día: "Me amputaron parte del ojo".
El doctor ha reconocido que fue una terrible confusión pero por el momento y hasta la celebración de juicio, este sigue ejerciendo como oftalmólogo en Marsella.
Un producto sanitario defectuoso provocó la ceguera de varios pacientes
En otros casos no nos encontramos con errores médicos, sino con productos defectuosos. Se trata de un producto sanitario fabricado por la compañía alemana Alamedis y comercializado como Ala Octa desde 2012 que se usaba tras las intervenciones por desprendimiento de retina. En 2015, se descubrió que seis lotes de este producto estaban contaminados y produjeron un daño irreparable en algunos pacientes.
Casualmente dos de esos seis lotes se usaron en Canarias, de manera que en las islas se detectaron hasta 34 casos relacionados con el uso de este producto. El doctor Miguel Ángel Serrano, jefe de oftalmología del Hospital Universitario de Canarias en aquel momento, fue uno de los que descubrió, junto a su equipo de cirujanos, que algo estaba pasando. Ha sido ahora, en este mes de noviembre, cuando la Justicia ha dado la razón a decenas de pacientes que se quedaron ciegos a causa de este producto.