SE QUEMÓ SU EXPEDIENTE
Miguel Arroyo fue detenido en 1971 por un delito leve y enviado a un psiquiátrico para tratar una enfermedad mental de la que ya está totalmente recuperado según los informes. Sin embargo, a pesar de que han pasado 47 años desde que fue arrestado cuando tenía 22, los medios argentinos publican que el hombre de Buenos Aires permanece encerrado, lo que bate todos los récords en el país incluso para los crímenes más cruentos y sangrientos.
Sin embargo, nadie se ha acordado de este hombre, arrestado en un principio por agresión leve aunque se desconocen los detalles porque su expediente se quemó hace dos años en el Tribunal Federal de Bell Ville porque se produjo una quema de los gastos que habían prescrito, sin que nadie cayera en la cuenta de que este preso seguía privado de libertad.
"Sacarlo de aquí es dejarlo en absoluta soledad y sin vínculos afectivos"
La voz de alarma por la que este caso ha salido a la luz la ha dado Consuelo Bisconti, asistente social del centro en el que está Arroyo que, al buscar la ficha del paciente porque consideraba que su estado era "normal", reparó en su fecha de ingreso y el caso. En la documentación que encontró se especificaba que el paciente-preso no podría volver a salir sin una resolución del juzgado, que debía tener un informe de los peritos, pero nadie más se acordó de él.
Aunque ella se lo ha comentado a las autoridades, que se mostraron muy sorprendidas por esta situación, lamenta el peligro que puede suponer darle ahora una nueva vida: "Sacarlo de aquí es dejarlo en absoluta soledad y sin vínculos afectivos que puedan acompañarlo; aquí está completamente estabilizado".