EN REINO UNIDO
Stephen Harris, de 40 años, acusó a su novia de engañarle y, después de prepararse una bebida caliente para él, le arrojó el agua hirviendo del hervidor de líquidos mientras ella estaba acostada en la cama. Después le dijo que ya nadie la miraría y salió corriendo de la vivienda hasta llegar a un pub desde el que llamó a una ambulancia. Por esta agresión, el músico ha sido condenado a 10 años de prisión.
La víctima tiene cicatrices en el 8% de su cuerpo, incluyendo su estómago y muslos, así como secuelas psicológicas, y han tenido que hacerle injertos de piel, por lo que todavía sigue luchando.
"Esta fue la culminación de una relación violenta, abusiva y controladora", señala el juez Simon James, según recoge 'The Mirror', quien ha tildado el acto de "cobarde nacido de los celos y la arrogancia". La víctima se quedó gritando en la cama y pidiendo ayuda, momento en el que sentía un dolor extremo, según ha relatado ella misma.