EN ESTADOS UNIDOS
Durante cinco años el estadounidense Greg Phillpotts vivió con problemas nasales. Tenía secreción y congestión nasal pero no conseguía saber a causa de qué.
Entonces, durante una cena de Acción de Gracias ese líquido que caía de su nariz continuamente arruinó la comida. "Estaba preparando una comida en la cocina y el líquido se mezcló con los ingredientes arruinando toda la cena", lamenta Phillpotts en declaraciones a medios locales. "Puedes estar en cualquier sitio. En un avión o hablando con alguien y el líquido caía por la cara", señalaba.
El hombre cuenta que durante cinco años estuvo luchando contra lo que él creía que eran alergias o neumonía y bronquitis, tal y como le diagnosticaron algunos médicos.
"Me metía pañuelos en la nariz", cuenta Phillpotts, que explica que todo era normal hasta que pasó toda una noche tosiendo. Fue entonces cuando acudió al hospital, donde el doctor Alfred Iloreta le diagnosticó lo que realmente le pasaba: se trataba de una fuga de líquido cerebral.
"Es la fuga del líquido que rodea el cerebro para amortiguarlo, para protegerlo de un choque, un traumatismo o cualquier otra cosa", explica el médico, que añade que "a veces cuando se produce esta fuga del líquido del cerebro puede evolucionar a una infección de manera que las bacterias pueden viajar de la nariz al cerebro provocando meningitis".
Los médicos le realizaron una cirugía de cráneo, tras lo cual Phillpotts podía respirar con normalidad de nuevo.
Desde el hospital explican que es importante reconocer los síntomas de esta dolencia para poder actuar rápidamente. Explican que si se tiene secreción nasal, el líquido es salado y se producen fuertes dolores de cabeza hay que tener especial cuidado.