Egipto
Consiguió 2.000 libros de la biblioteca y comenzó a enseñar a un pequeño grupo de niños, pero ahora llegan desde dos aldeas remotas.
En Egipto, un hombre del pueblo de Bishet Amer, en la ciudad de Zagazig, se ha propuesto que todos los niños aprendan a leer. Allí, hay zonas en las que no es tan fácil acceder a una biblioteca y él ha conseguido que le presten casi 2.000 libros.
Se llama Mohammed Abdel Aziz Fathy y, a sus 32 años, comenzó esta iniciativa con la esperanza de brindar acceso a los servicios culturales que son tan necesarios para los jóvenes del lugar. Fathy trabaja en la Biblioteca Pública de Zagarig, lo cual le facilitó la tarea.
"Se me ocurrió la idea porque las aldeas y el campo en general están privados del servicio cultural, así que ¿por qué no ayudo?", explica. Se puso en contacto con su trabajo, desde done le prestaron 2.000 libros, y convirtió su casa en una biblioteca. De esta manera, empezó enseñando a un pequeño grupo de niños, pero ahora llegan desde dos aldeas remotas.
Tal es la cantidad de niños, que ni siquiera caben en su casa, por lo que no tienen más remedio que estudiar en las escaleras, en plena calle. "Organizo diferentes actividades para cada grupo de edad, hay voluntarios del pueblo que me ayudan a enseñar a los niños, a acompañarlos en los ejercicios o a escribir resúmenes de libros", afirma.
Ahora, cuenta con un total de 500 alumnos que van desde los tres a los 20 años. Los más pequeños leen, escriben, pintan y juegan al ajedrez, mientras que los más mayores aprenden de marketing, informática y programación. Además, aquellos que quieran pueden tomar prestado entre uno y cinco libros a la semana.
Fathy espera recibir más apoyo, para poder ofrecer un espacio más grande para los niños. "Lo único que pido es tener un espacio más grande donde pueda ofrecer más actividades, realizar capacitaciones e incluir más libros, tener puestos que lleven más libros para beneficiar a la mayor cantidad posible de personas en el pueblo", reclama.