NEGOCIACIONES CON BÉLGICA, ALEMANIA Y FRANCIA

Holanda planea controles de identidad en el transporte internacional por autobús, barco y tren

El Ejecutivo trabaja en una propuesta para pedir a los pasajeros de autobús, tren y barco que muestren su DNI a la hora de comprar su billete para trayectos internacionales.

El Gobierno holandés ha iniciado negociaciones con Bélgica, Alemania y Francia para reforzar los controles de pasajeros en el transporte internacional por carretera, ferrocarril y mar, y no solo para los viajes de avión como exigen las normas europeas. Según publica el diario local Volkskrant citando fuentes del Ministerio de Justicia holandés, el Ejecutivo del liberal Mark Rutte trabaja en una propuesta para pedir a los pasajeros de estos transportes que muestren su carné de identidad a la hora de comprar su billete para trayectos internacionales.

La propuesta llega pocos días después de que se haya conocido que el autor del atentado en un mercado navideño en Berlín, Anis Amri, huyó a Italia, donde fue abatido, en autobús y tren a través de Holanda y Francia sin que fuese detectado por la Policía pese a estar fichado por las autoridades alemanas.

Holanda prepara también su propuesta de ley para aplicar en el país las normas de la Unión Europea sobre el registro europeo de pasajeros aéreos (PNR por sus siglas en inglés), que exigen que las aerolíneas controlen la identidad de quienes viajan en sus vuelos y recojan estos datos en un registro central. Esta normativa, aprobada poco después de los atentados de París, prevé que la información sea almacenada temporalmente y esté disponible para las autoridades de los Veintiocho de forma que puedan controlar la actividad de los viajeros cuando existan sospechas.

Holanda no es el primer país en proponer que este tipo de control de identidad se extienda a todos los medios de transporte, ya que su vecina Bélgica trabaja desde finales del año pasado en un proyecto de ley en este sentido que está ya en tramitación parlamentaria.

Si se aprueba, la ley obligará a las empresas de transporte aéreo, marítimo o terrestre a que comuniquen los datos de sus pasajeros, que se recopilarían en una base de datos gestionada por el Ministerio del Interior belga y podrían ser analizados por la Policía, los servicios de Inteligencia y los oficiales de Aduanas.

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