NUNCA PODRÁ REGRESAR A SU HABITAT
La bilis de oso es un ingrediente muy estimado en la medicina tradicional China. Lleva usándose unos 3.000 años y el kilogramo cuesta unos 430 euros, según explica 'Anima Naturalis'. Por eso, hay granjas de bilis donde mantienen a los osos en cautiverio, con el objetivo de extraer diariamente el líquido de las vesículas de estos animales a través de un catéter. Se trata de prácticas muy dolorosas que provocan graves enfermedades y traumas psicológicos. Una osa llegó a suicidarse después de matar a su cría en una de estas granjas para acabar con el sufrimiento.
Por suerte, el caso de Caesar tuvo un final feliz, ya que voluntarios de 'Animals Asia' lograron rescatarla. Llevaba años encerrada en una granja de bilis y era sometida a torturas a diario. Cuando la encontraron, estaba encerrada en una jaula de hierro, sin espacio para moverse, sin luz y con un chaleco que utilizaban para extraer su bilis.
Desde la liberación de Caesar, los voluntarios de la protectora han estado tratándola para mejorar su estado físico y psicológico. Ahora pesa 270 kilogramos, tiene una buena musculatura y un estupendo pelaje. Sin embargo, no podrá regresar a su hábitat, la vida salvaje, porque las secuelas de las torturas le impiden adaptarse al medio. En el refugio intentan que los animales vivan lo mejor posible, en amplios espacios, con cuidados diarios y en compañía de miembros de su misma especie.