Asesino en serie
Las autoridades portuguesas decidieron cortarle la cabeza a Diogo Alves y donarla a la ciencia.
La cabeza de Diogo Alves se encuentra conservada en un frasco hace más de 180 años después de que fuera ahorcado y decapitado después de matar a más de 70 personas en Portugal.
Alves se ganó el apodo de 'el asesino del acueducto' por pararse en un acueducto para asaltar a las personas que se acercaban y lanzarlos desde unos 60 metros de altura, simulando que se trataba de suicidios. Los asesinatos ocurrieron entre 1836 y 1840.
Alves nació en Galicia en 1810. Cuando era pequeño, se cayó y se dio un golpe en la cabeza. Cuando tenía 19 años, sus padres lo mandaron a trabajar a Lisboa hasta que comenzó a beber y a apostar el dinero que conseguía en el trabajo. Se cree que fue cuando comenzó a asesinar.
Al final, fue apresado y juzgado a muerte, aunque no se pudieron probar los crímenes. Diogo Alves murió el 19 de febrero de 1841 y fue la penúltima persona en ser ahorcada en Portugal.
Donaron su cabeza a la ciencia
Las autoridades portuguesas decidieron cortarle la cabeza y donarla a la ciencia, concretamente al Colegio Médico-Quirúrgico de Lisboa. Desde entonces, la cabeza sigue estando conservada en un recipiente de cristal en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa.
En 1841, los científicos exploraron la teoría de que el cerebroalbergaba todos los aspectos de la personalidad de un individuo en áreas físicamente distintas. Sin embargo, no parece que hayan realizado estudios, según 'The Sun'.
Junto a la cabeza de Diogo Alves se encuentra el cráneo de Francisco Mattos Lobo, un compañero de Alves que asesinó a una familia de cuatro y arrojó a su perro por una ventana en 1841.
La universidad asegura que los restos de la cabeza no están accesibles para el público, solo para los estudiantes de la Universidad de Lisboa.