DEFIENDE A SU PADRE
El hijo menor del capitán Zaharie Ahmad Shah, piloto del vuelo MH370 de Malaysian Airlines, defendió a su padre de las acusaciones sobre su implicación en la desaparición del avión, informaron los medios locales.
Ahmad Seth, de 26 años, rechazó las informaciones e hipótesis que ligan a su progenitor, de 53 años, con posible secuestro del Boeing 777 que desapareció el pasado 8 de marzo en el océano Índico tras desviarse de su ruta Kuala Lumpur-Pekín. "Lo he leído todo en Internet. Pero he ignorado todas las especulaciones. Yo conozco a mi padre. No estábamos muy cercanos, ya que él viaja mucho, pero le entiendo", señaló Ahmad en una entrevista con el diario 'New Straits Times'.
Pese al anuncio de que el avión con 239 ocupantes se precipitó en el océano, el hijo del piloto expresó que mantendrá la esperanza hasta que las autoridades encuentren restos o cadáveres para demostrar el siniestro. "Lo creeré cuando vea las pruebas delante de mis ojos", manifestó en su vivienda familiar de Subang Jaya, a unos 20 kilómetros de Kuala Lumpur.
Zaharie Ahmad Shah también tiene otros dos hijos con su esposa, Faizah Khanum Mustafa Khan. A los pocos días de la desaparición del MH370, la policía registró la vivienda del piloto y se incautó de un simulador de vuelo después de que se descubriera de que el avión se desvió de su ruta a los 40 minutos de despegar.
El FBI ha anunciado que en los próximos días revelará los resultados del análisis que está realizando de los datos borrados del simulador. Un operativo internacional con cerca de una veintena de aviones y barcos buscan los restos del Boeing 777 en aguas remotas en el sur del Índico con la esperanza de localizar las cajas negras y explicar la misteriosa desaparición.
La situación aproximada del vuelo ha sido sugerida por análisis de los satélites, ya que el MH370 apagó sus sistemas de comunicación antes de desaparecer. Distintos expertos apuntan que el extraño comportamiento del avión se debió a un secuestro, un acto terrorista o a causa de un fallo técnico, como un incendio o una descomprensión debido a una fisura en el fuselaje.
A bordo viajaban 153 chinos, 50 malasios (12 forman la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que embarcaron con pasaportes robados a un italiano y un austríaco.