Cumbre EEUU Rusia
La cumbre que este miércoles celebran en la ciudad suiza Joe Biden y Vladimir Putin está marcada, entre otras cosas, por la acusación de "asesino" que el presidente norteamericano lanzó a su homólogo ruso tras el caso Navalny
Una de las declaraciones más mediáticas que realizó Joe Biden desde que llegó a la presidencia de Estados Unidos fue la acusación de "asesino" que le dedicó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a cuenta del caso Alexéi Navalny.
Y precisamente este miércoles, en una calle de Ginebra, donde ambos mandatarios se reúnen, luce un mural con la cara del opositor ruso junto al mensaje (en francés): "El héroe de nuestro tiempo".
En esa misma intervención, realizada el pasado mes de marzo, el presidente demócrata también aseguró que Putin "pagaría" el hecho de haber intervenido en las elecciones estadounidenses de 2016. El mandatario ruso salió al paso de los ataques con mucha flema y deseándole al demócrata "salud y una larga vida".
Está por ver si el asunto Navalny y el de la injerencia rusa ocupan algún punto de la cumbre, que durará, según lo previsto, en torno a las cinco horas. En cualquier caso, ninguno de los dos mandatarios espera una mejora sustancial de las relaciones, que atraviesan "su punto más bajo en décadas", como hace unos días señaló Putin.
Intereses mutuos y desacuerdos
Se espera que al menos la cita de este miércoles, marcada, entre otras cosas, por unas extraordinarias medidas de seguridad, sea "productiva", según manifestó el Kremlin.
Biden, por su parte, ha indicado tras el saludo inicial que durante esta jornada intentarán determinar dónde están sus intereses mutuos y dónde están sus desacuerdos.
"Podemos hacer todo para discutir los asuntos de una manera profesional y predecible", ha apuntado.
Ambos mandatarios hablaron delante de los periodistas al comienzo de la cumbre, antes de que los reporteros fueran sacados de la sala.