LAS VÍCTIMAS INTENTAN REPONERSE
No era un temblor más a los que estaban acostumbrados los japoneses, fueron dos interminables minutos. El terremoto hizo temblar los cimientos del parlamento y se convirtió en el más intenso de los últimos 140 años.
Cuando el suelo dejó de moverse desde el mar se acercaba una amenaza aún peor; un tsunami con olas de más de diez metros que llegaron a pueblos situados a 30 kilómetros de la Costa.
La fuerza del agua desencadena la peor crisis nuclear desde Chernobil, 80.000 personas son evacuadas en un radio de 30 kilómetros alrededor de la central de Fukushima.
Los efectos de la radiación llegan al agua potable y a los alimentos. El dolor de los japoneses conmueve al mundo, dos meses después, la planta nuclear mantiene el nivel de alerta igual al de Chenobyl.
El recuento de víctimas mortales se eleva casi 15.000 y más de nueve mil continúan desaparecidas. Miles de japoneses permanecen en refugios y el gobierno calcula que tardará tres años en terminar las labores de reconstrucción.