Guerra Rusia Ucrania
En una de las fotos más compartidas del acto del viernes en Moscú, en el que Putin justificó la guerra ante cerca de 200.000 personas (según el Kremlin), se ve al presidente ruso hacer un 'extraño' gesto.
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, cada movimiento, gesto y discurso de Vladimir Putin se analizan con lupa. Occidente observa con preocupación la deriva autoritaria en la que el presidente ruso ha embarcado a su país en paralelo a la invasión militar de Ucrania.
El acto que el Kremlin organizó ayer, en Moscú, para celebrar el aniversario de la anexión de Crimea a Rusia ha dado que hablar por muchas razones. La primera es que Putin volvió a justificar su ofensiva en Ucrania con la "necesidad" de evitar "el genocidio" del pueblo ruso en dicho país. También volvió hacer referencia a "la desnazificación" que, según él, sus tropas están llevando a cabo en suelo ucraniano.
Pero, discursos y declaraciones aparte, un gesto llamó la atención en redes sociales: la 'peineta' que Putin parece hacer en un momento de su intervención. Con los dos brazos en alto, a modo de saludo, el mandatario ruso empuña el micrófono con la mano izquierda, la misma en la que el dedo corazón se levanta por encima del resto.
Muchos creen que este gesto, en alguien tan frío y calculador y que controla al milímetro cada una de sus apariciones públicas, no es casual; otros, en cambio, lo achacan al mero azar. No parece, en cualquier caso, un ademán propio de Putin, político hierático y contenido donde los haya, al menos de cara a la galería.
"Hacía tiempo que no estábamos tan unidos"
"Vemos cuan heroicamente se comportan y combaten nuestros chicos durante esta operación. Hacía mucho tiempo que no gozamos de tal unidad", proclamó el presidente ruso durante el multitudinario acto patriótico en el estadio olímpico Luzhnikí de la capital rusa.
Putin, que ha roto en contadas ocasiones el aislamiento en el que se encuentra desde hace dos años, ve cómo su popularidad -según los datos que maneja el Kremlin- no deja de crecer desde el inicio de la "operación militar especial" en el país vecino, condenada unánimemente por la comunidad internacional.
Así, ante más de 200.000 personas, según el Ministerio del Interior, Putin alabó el heroísmo de los soldados rusos durante la intervención militar dirigida a evitar un "genocidio" contra la población de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia el jefe del Kremlin reconoció tres días antes del inicio de la ofensiva militar.