TRAGEDIA EN UNA CÁRCEL HONDUREÑA
El penal de Comayagua arde, mientras se escuchan disparos. Un videoaficionado piensa en los centenares de reclusos atrapados en el fuego. Según los supervivientes los vigilantes dispararon contra ellos para evitar que escaparan. Incluso tiraron las llaves de las celdas.
El tiroteo evitó que los bomberos pudieran entrar a tiempo en la cárcel. Cuando por fin lo consiguieron apenas encontraron supervivientes, solo cuerpos apilados cerca de las puertas y ventanas. Cadáveres calcinados de reos que habían intentado, en vano, huir. Algunos sacaron sus móviles de sus escondites para despedirse de sus familias.
Aún no están claras las causas del incendio. El penal estaba considerado un modelo por su seguridad y su programa de rehabilitación. En la entrada de Comayagua aún puede leerse; hagase justicia aunque el mundo perezca.