LLEVA OPERATIVA DESDE 2002

Guantánamo, la prisión que abrió George Bush y no ha podido cerrar Barack Obama

El día después de jurar su cargo en las escalinatas del Congreso, Barack Obama prometía cerrar Guantánamo. Cinco años después esa promesa sigue siendo solo eso, una promesa. Tras los atentados del 11-S, el Congreso de EEUU dio carta blanca a George W. Bush para usar esta base militar estadounidense en Cuba con el objetivo de retener a todos los sospechosos de terrorismo.

El 11 de septiembre de 2001 la guerra contra el terrorismo internacional dio un giro de 180 grados. Los atentados contra los Torres Gemelas supusieron un antes y un después en la forma en que se combatía a organizaciones como Al Qaeda.

El Congreso de EEUU daba carta blanca a George W Bush, el entonces presidente, para utilizar la base militar estadounidense de Guantánamo, en Cuba, como prisión para todos los sospechosos de pertenecer a una organización terrorista. Era enero de 2002.

Seis años después, Barack Obama se convertía en el primer presidente afroamericano de la historia de EEUU. Una de sus primeras promesas fue la de cerrar Guantánamo. Pero seis años después no ha logrado cumplir esa promesa.

Dentro de Guantánamo, los presos viven las 24 horas rodeados de alambradas. Siempre con luz. Solo la Cruz Roja tiene contacto directo con ellos. Con las primeras denuncias de torturas, se multiplican las críticas, también los suicidios de presos. 

Pero la mayoría de los tribunales estadounidenses siguen apoyando la decisión de Bush. La llegada de Obama no ha cambiado el modelo. El Congreso, controlado por los republicanos, ha bloqueado siempre sus planes. 

Pocos países aceptan acoger a presos procedentes de Guantánamo. Uno de ellos es España, donde llegan exreclusos sin antecedentes penales. Otro es Uruguay.

Seis presos -cuatro sirios, un tunecino y un palestino-, considerados de bajo perfil y riesgo por EEUU, fueron trasladados en la madrugada del domingo desde el penal estadounidense a Uruguay como parte del programa de cierre de Guantánamo adoptado por el presidente estadounidense, Barack Obama.

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