Daniel Sancho
La posibilidad de un traslado a la prisión de Bang Kwang en Bangkok, conocida como 'El Gran Tigre', se cierne sobre Daniel Sancho, cuyo destino pende de la decisión de los tribunales tailandeses. En este centro penitenciario, famoso por sus condiciones inhumanas y alta mortalidad, los presos enfrentan una lucha diaria por sobrevivir.
Daniel Sancho, actualmente en la prisión de la isla tailandesa de Koh Samui y condenado a cadena perpetua, ha solicitado al juez permanecer en su ubicación actual, donde las condiciones, aunque son duras, son relativamente más humanas en comparación con otras prisiones del país. Sin embargo, las reglas penitenciarias tailandesas podrían obligarlo a trasladarse a una prisión mucho más severa: la infame Bang Kwang, en Bangkok, comúnmente conocida como 'El Gran Tigre'.
Este centro penitenciario tiene una reputación temible, con una tasa de mortalidad alarmante, donde uno de cada cuatro reclusos muere en los primeros dos años desde su ingreso.
La cárcel donde Sancho se encuentra ahora solo permite la estancia de reclusos con condenas inferiores a los 15 años. Aunque es posible que sea trasladado a otra prisión en Koh Samui tras conocer la resolución de la sentencia, el riesgo de ser enviado a Bang Kwang es alto. Esta prisión, descrita como una de las más peligrosas del mundo, alberga a unos 7.000 reclusos, el doble de su capacidad, lo que lo agrava aún más.
Bang Kwang es conocida por su extrema superpoblación. En celdasdiseñadas para menos de la mitad de los reclusos, hasta 60 hombres comparten un espacio minúsculo durante 14 horas al día sin posibilidad de salir. Esta prisión también es el destino habitual de extranjeros condenados en Tailandia, ya que su ubicación en Bangkok facilita el acceso a las autoridades diplomáticas, quienes pueden prestar asistencia a sus ciudadanos. Sin embargo, esta asistencia es limitada, y no es suficiente para mitigar las duras realidades de la vida dentro de 'El Gran Tigre'.
Los presos de Bang Kwang deben enfrentar un entorno de violencia, enfermedades y condiciones higiénicas deplorables. Las únicas mejoras en su calidad de vida a las que pueden acceder se limitan a las compras en el economato de la prisión, donde adquieren productos de higiene y comida, a menudo a precios exorbitantes. Para muchos, estas pequeñas concesiones son su única esperanza en un lugar donde la supervivencia diaria está lejos de estar garantizada.
El caso de Daniel Sancho no es único entre los españoles detenidos en el extranjero. Según cifras recientes, casi 1.000ciudadanos españoles están encarcelados fuera del país, la mayoría de ellos cumpliendo condenas por delitos relacionados con el narcotráfico en países europeos como Francia y Alemania. Sin embargo, otros, como Sancho, enfrentan situaciones mucho más precarias en cárceles extranjeras con condiciones extremadamente duras y desprovistas.
El gobierno español ofrece ayuda económica de 150 euros mensuales a aquellos detenidos en cárceles extranjeras cuyas condiciones son notablemente inferiores a las de España. Este fondo busca asegurar que los presos puedan cubrir sus necesidades.
El destino de Daniel Sancho sigue siendo incierto, pero su posible traslado a 'El Gran Tigre' atemoriza a el y a sus familiares.
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