Georgia
Esta ley fue aprobada por el Parlamento georgiano el pasado martes. Pretendía limitar la libertad de presa y de asociación, suponiendo también un claro acercamiento al Kremlin.
El Gobierno de Georgia ha retirado este jueves la "ley de agentes extranjeros", tras dos días de turbulentas protestas y de las peticiones de los ciudadanos del país para aproximarse a la Unión Europea.
Esta ley ha supuesto una división en la sociedad georgiana, entre los que quieren formar parte de la UE y los que se acercan a Putin. El proyecto de ley fue aprobado por el Parlamento de Georgia este martes, día desde el que empezaron a ser detenidas más de 133 personas, según el Ministerio de Interior.
"Ley rusa"
La "ley de agentes extranjeros" es un claro ejemplo de la influencia de Putin en el país, puesto que se ha inspirado en una que aprobó Moscú en el año 2012 y que tenía como objetivo perseguir a la oposición y a los disidentes del régimen. A lo largo de la historia, el concepto "agente" se ha empleado en Rusia para referirse al "espía", teniendo un significado negativo para la sociedad civil. De esta forma, parece que con esta ley el régimen georgiano buscaba más el apoyo exterior que el propio bien del país.
Como consecuencia de las jornadas de protestas masivas y las críticas por parte de Unión Europea desde la aprobación del proyecto de ley en primera lectura el pasado martes, el intento de aprobar este decreto inspirado en la jurisdicción rusa del primer partido de Georgia, Sueño Georgiano, ha resultado fracasado.
"Ante todo debemos cuidar la paz, la tranquilidad y el desarrollo económico de Georgia, el avance en la senda de la integración europea. Por ello, como fuerzas responsables, hemos decidido retirar sin condiciones el proyecto de ley", ha manifestado el grupo político en un comunicado.
El miedo generalizado en la sociedad georgiana por la aprobación de esta ley sigue vigente a pesar de haber sido retirada, puesto que más del 85% del país quiere formar parte de la UE, según las últimas encuestas. De hecho, Georgia solicitó su adhesión a la UE en marzo de 2022 como respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, últimamente el Parlamento del país apoya medidas parecidas a las que toman los países antidemocráticos y autoritarios como Bielorrusia o Tayikistán para evitar acercarse a Occidente.