EN BULGARIA
Las imponentes esculturas, que alcanzan un tamaño del doble de una persona, están hechas con arena, agua y arcilla. Uno de los escultores asegura que no le preocupa que las esculturas no sean duraderas, “vivimos en un siglo de tecnologías. Se harán fotografías y se publicaran en internet y las esculturas seguirán viviendo después de que el tiempo las haya desmoronado”.
La edición de este año del festival anual cuenta con obras de más de 20 artistas de nueve países de lugares tan diversos como Australia, Rusia, Portugal, Alemania y Ucrania.