Casa Real Británica
El rey reaparece sonriente y con aparente buen humor en su primer acto público desde que anunció que padece cáncer.
La misa de pascua acontecida en la iglesia de San Jorge, ubicada dentro del Castillo de Windsor, ha sido la causa de la reaparición del monarca Carlos III.
El monarca, de 75 años, ha llegado junto a Camila en un coche oficial a las 9:45 horas. El año pasado lo hizo andando. Podría ser debido al agotamiento provocado por la enfermedad que padece.
Más delgado pero sonriente, ha querido dedicar unos minutos a saludar al público. Una reaparición muy esperada y casi obligatoria. "Era una manera de tranquilizar al público, no solo al Reino Unido, sino internacionalmente", nos cuenta Patricia Centeno, experta en liderazgo.
En los últimos actos oficiales, como el pasado Jueves Santo, pudimos ver a Camila a los mandos y en solitario, siendo la primera monarca consorte en sustituir al rey en un evento de esta relevancia.
El acto de hoy podría suponer la vuelta paulatina de Carlos III. "Se inicia ya la recuperación del rey dentro de la agenda, normalizar otra vez su presencia", asegura Centeno.
Durante su retorno, se han adoptado todas las precauciones. La prioridad es minimizar el riesgo de contacto, por lo que el rey se ha sentado en la llamada "silla del soberano", apartado del resto de la familia.
Se confirma que no iba a participar en la tradicional recepción posterior ni en el almuerzo familiar.
Fuentes del palacio de Buckingham han avisado acerca de que esta comparecencia no significa que Carlos III vaya a retomar su agenda oficial.
La presencia de la familia real a los actos oficiales se encuentra bajo mínimos. A la misa también ha asistido la princesa Ana junto a su esposo, Timothy Laurence, y el hermano menor del monarca y duque de Edimburgo, Eduardo, junto a su mujer Sofía.
Resonó la ausencia de Guillermo y Catalina después de que la princesa compartiera un emotivo vídeo en el que comunicaba que tenía cáncer.
La maquinaria de comunicación dentro de la Casa Real quiere enmendar los errores de los últimos meses.
El mundo ha empatizado con Kate, pero el retorno del rey es esencial para recuperar el estatus. "El hecho de Kate saliera en un video es positivo pero no es suficiente. Se están dando pasos para que la credibilidad se restablezca, pero va a ser muy difícil", dice la experta.
Lo que no ayuda es la aparición del nombre de Harry en los papeles de investigación a Sean 'Diddy' Combs, el rapero presuntamente implicado en un escándalo sexual.
El productor discográfico, Rodney Jones, acusó a Combs en una demanda de 73 páginas en las que asegura que el rapero organizó y legitimó fiestas de tráfico sexual.
En la demanda, Jones menciona que a las fiestas asistían "dignatarios internacionales como el Príncipe Harry".
A pesar de ser nombrado en una única ocasión y de que no se sugiriera que estuviera involucrado o que tuviese conocimiento de las acusaciones, el escándalo salpicó rápidamente al duque de Sussex.
La familia real estaría estudiando cómo encajar el nuevo golpe.