OCHO MESES SIN RESULTADO
El expresidente de Perú Alberto Fujimori seguirá en prisión tras perder la batalla que libró en los últimos ocho meses para buscar un cuestionado indulto humanitario, que finalmente fue rechazado por el presidente Ollanta Humala.
El gobernante anunció que le parecieron "sensatas" las recomendaciones de la Comisión de Gracias Presidenciales que evaluó el caso y que indicó que el exmandatario no cumplía las condiciones para recibir el beneficio.
"He aceptado las recomendaciones de la comisión de gracias presidenciales porque me parecen sensatas, me parecen lógicas, me parecen que se apegan a la verdad y a la justicia", afirmó Humala en una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de Gobierno de Lima.
Fujimori cumple desde 2009 una condena a 25 años de prisión por la autoría mediata de 25 asesinatos y dos secuestros durante su Gobierno (1990-2000), además de acumular penas menores por corrupción.
Humala añadió que, por respeto al solicitante y a su familia, decidió dar a conocer su decisión apenas la tomó, que, según señaló, fue esta mañana.
El mandatario dijo que en su decisión también tomó en cuenta el análisis y valoración del "concepto de arrepentimiento, más aún cuando los delitos probados son de corrupción y de violación a los derechos humanos".
En octubre pasado, los hijos de Fujimori (Hiro, Keiko, Sachi y Kenji) presentaron una solicitud de indulto humanitario a favor de su padre argumentando que era un paciente de cáncer de alto riesgo y que su encierro perjudicaba su salud.
A partir de ese momento, sus hijos y sus principales seguidores iniciaron una intensa campaña mediática para incentivar la aceptación del indulto, una gracia que solo le corresponde tomar al presidente de la República.
La decisión que tomó hoy Humala generó polémica entre la clase política del país, donde los principales representantes del gobierno la defendieron y la oposición fujimorista la criticó duramente.
El presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez, aseguró que la medida ha sido "compleja", pero estuvo "ajustada a las condiciones constitucionales".
La congresista fujimorista Luz Salgado aseguró, a su vez, que el informe de la comisión que evaluó el caso no era vinculante y expresó su desacuerdo con la decisión de Humala.
"Lamentablemente, más ha pesado su calculo político que su lado humanitario... el odio y la venganza no terminan para Alberto Fujimori", declaró Salgado.
El abogado de Fujimori, César Nakazaki, reiteró que su cliente es un "paciente con pronóstico reservado" y calificó como una "burla" la negativa de la gracia presidencial, por lo que anunció que se reunirá con los familiares del reo para evaluar las acciones legales a seguir.
El congresista Alejandro Aguinaga, médico personal de Fujimori, declaró que éste se siente "bastante frustrado" tras conocer la decisión de Humala.
"El ha sentido bastante frustración", declaró Aguinaga tras visitar a Fujimori en la prisión policial limeña donde cumple su condena de 25 años de prisión.
Sin embargo, el ex primer ministro y miembro del Partido Aprista Peruano Jorge del Castillo ratificó que la decisión de Humala corresponde a sus atribuciones constitucionales.
"Confiamos en que (Humala) haya tomado una decisión en conciencia. Así hubiera sido positivo o negativo nuestro deber en el sentido democrático es respetar esa decisión", indicó.
El abogado de los deudos de las víctimas de las matanzas ocurridas durante el Gobierno de Fujimori (1990-2000), Ronald Gamarra, consideró, a su turno, que el presidente tomó una decisión "justa". "Los argumentos expresados por el ministro de Justicia son absolutamente técnicos", expresó.
Humala indicó hoy que ha dispuesto una serie de medidas para atender "los requerimientos propios de una persona con edad avanzada" como Fujimori y aseguró que el exmandatario "es el ciudadano preso que está en las mejores condiciones en Perú".
El presidente añadió que, de agravarse el estado de salud de Fujimori, de 74 años, estará dispuesto a evaluar nuevamente un posible indulto y pidió, finalmente, a la clase política que respete la decisión que ha tomado y que no arme "un circo" con el caso.