Moción de censura
Aunque calificaron la victoria de decisiva y prometieron que "golpearía" en el gobierno, la reacción de algunos periódicos conservadores sugiere que Boris Johnson no podrá poner fin a los problemas del Partygate en el corto plazo.
"La fiesta se acaba", "herido", "en peligro", "debilitado", "se aferra al poder tras un voto humillante"..., así titula la prensa británica hoy sus portadas. Boris Johnson ha conseguido la confianza del partido, pero queda muy tocado.
Ayer a las 10 de la noche se anunció el resultado de la votación: el grupo sí que confía, pero el 41 por ciento de los 'tories' le ha retirado el apoyo. El todavía primer ministro se pronunciaba minutos después: "Creo que es un resultado muy bueno para la política y para el país. El Gobierno puede seguir adelante y concentrarse en los asuntos que realmente importan"
Pero el optimismo de Johnson contrasta con el análisis de los medios. "Un vencedor herido", dice el Times, junto con la imagen de Johnson que parece inquietantemente similar a la famosa de Margaret Thatcher cuando fue expulsada de Downing Street tras un golpe de estado del partido Tory. Fue un resultado peor de lo esperado para Johnson y arroja otro paralelo con Thatcher al señalar que la misma proporción de parlamentarios votó en contra de ella que en contra de su actual sucesor plagado de escándalos.
Boris Johnson tampoco sale favorecido en los sondeos: el 56% de los votantes cree que Johnson ha mentido a la ciudadanía, y el 57% piensa que "no está en contacto con la clase trabajadora".
Dos de las predecesoras de Johnson, Theresa May y Margaret Thatcher, vencieron también sus mociones de confianza planteadas por el partido, pero terminaron dimitiendo. May lo hizo seis meses después. Thatcher solo tardó ocho días.
El primer ministro británico se reunirá con sus ministros principales el martes. Ha prometido "seguir adelante con el trabajo" y delinear planes para nuevos anuncios de políticas en las próximas semanas. "Lo que tenemos que hacer es unirnos como gobierno, como partido", aseguran diputados conservadores tras la moción. Por su parte, Keir Starmer, el líder del partido laborista de Reino Unido califica la situación de “grotesca”.