CON 20.000 PAREJAS DE ENAMORADOS
El Papa Francisco celebra este 14 de febrero, por primera en El Vaticano, el día de San Valentín y lo hace reuniéndose con más de 20.000 novios venidos de hasta 28 países. En un principio estaba previsto que el Papa bendijera sólo a unos 3.000 jóvenes, pero la masiva inscripción ha desbordado los pronósticos y el acto ha pasado de tener lugar en el aula Pablo VI, tal y como estaba previsto en un principio, a trasladarse a la plaza de San Pedro por decisión expresa del Papa.
Como ha confirmado el Padre Andrea Ciucci, del Pontificio Consejo de la Familia, el encuentro demuestra que hay jóvenes que desean que "su amor dure para siempre" y que además este amor "sea bendecido por Dios". Según ha explicado Ciucci el tema de la preparación al matrimonio es algo "muy importante" para el Papa y también para el Pontificio Consejo de la Familia, el organizador del encuentro.
En este sentido ha destacado que la familia es el "motor de la vida" y que se debe poner siempre en el "centro de todo". Ciucci ha detallado que la única condición para los participantes es que "sean novios" y que se estén preparando para "recibir el sacramento del matrimonio".
El acto lleva por lema 'La alegría del sí es para siempre'. Según ha comentado Ciucci, se hará un recorrido por la historia de un compromiso matrimonial para acercarse a "los momentos bonitos, los importantes, los difíciles". Los jóvenes enamorados "contarán sus historias, cantarán, recitarán poesías de amor".
Cuando llegue el Papa a mediodía mantendrá un diálogo con tres parejas de novios sobre los temas fundamentales de la pastoral matrimonial. En este sentido Ciucci ha resaltado que el Papa decidirá "los temas que vendrán tocados de manera especial" y que hará hincapié en la importancia de "hacer una elección para toda la vida".
El miembro del Pontificio Consejo de la Familia ha puesto de manifiesto que el matrimonio es una "opción real" para muchos jóvenes y que este evento evidencia que "no es cierto la gente ya no se case". El Papa bendecirá a los enamorados que recibirán al final un don para la celebración de sus bodas.