Conexión de gas entre España y Francia
El nuevo canal uniría Barcelona y Marsella y permitiría transportar gas en un primer momento, para luego ceder el paso al hidrógeno verde.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que España, Francia y Portugal van a abandonar el proyecto del Midcat, que pretendía dar suministro de gas a Europa, por un "corredor de energía verde" que unirá Barcelona y Marsella.
Este nuevo corredor verde, tras el rechazo inicial de Francia, supone una solución conjunta, de forma que en un primer momento pueda transformar gas y en el futuro lo haga con el hidrógeno verde. Los tres países trabajaran dos meses para saber qué volúmenes de inversiones se necesitan y cuáles serían los costes.
Para avanzar en los detalles del proyecto, los tres líderes se volverán a reunir el 8 y 9 de diciembre en Alicante en los márgenes de la cumbre euromediterránea que se celebrará en esa ciudad española. En esa reunión se pretende fijar ya los plazos para la inversión, el reparto de costes y el volumen de recursos económicos necesarios para que ese proyecto se convierta en realidad
Muere el proyecto Midcat
Tanto España como Portugal, los principales interesados en el proyecto, acudían a la reunión con pocas esperanzas de torcer el brazo de Francia. Desde el país galo aseguraban que su posición con respecto al proyecto no ha cambiado. Creen que el MidCat no tiene viabilidad ni medioambiental ni económica. Que no sirve para resolver la crisis actual, ya que tardaría años en finalizarse, su precio no se podría rentabilizar y dudan que en el futuro sea capaz de transportar hidrógeno.
Pero en este proyecto España y Portugal jugaban con la carta de Alemania. El motor de Europa tirita sin el gas ruso y ve con buenos ojos esa interconexión, que le permitiría tener otra fuente con la que abastecer a su sedienta industria, necesitada de cantidades ingentes de gas barato para poder funcionar.
De todo ello hablaron en Berlín Sánchez y Costa con el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha apoyado varias veces las aspiraciones de España y Portugal para que la Península Ibérica deje de ser una isla energética y, a su vez, se convierta en una alternativa que le permita diversificar sus fuentes de suministro de gas .
Tras esa reunión, el primer ministro portugués, António Costa, se mostró esperanzado de que se llegue un acuerdo con los socios europeos para culminar una interconexión energética con la península. Aunque todo ello depende en exclusiva de la voluntad de Francia que de momento no hace más que dar largas a un proyecto que nunca ha despertado el interés de Francia porque choca con sus intereses económicos y su política energética.