TRAS MESES DE PROTESTAS
El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha anunciado este lunes que el Gobierno presentará una "nueva ley" para endurecer las sanciones contra los "alborotadores" en respuesta a las movilizaciones de los 'chalecos amarillos', que no han remitido tras ocho semanas de protestas.
La nueva legislación contemplará penas más duras para delitos de vandalismo y para las protestas no declaradas, una práctica habitual de los 'chalecos amarillos'.
"Si queremos defender la libertad de manifestación (...) tendremos que desarrollar nuestras leyes y completar nuestra legislación", ha apuntado Philippe en una entrevista en la cadena de televisión TF1.
"El Gobierno está a favor de que nuestra ley sea enmendada y castigue a quienes no respetan esta obligación de declaración", ha apuntado el primer ministro, que ha señalado como referencia las medidas de la década de 2000 contra el vandalismo. Philippe ha recordado además que ya se han emitido más de 1.000 condenas y 5.600 órdenes de vigilancia custodia desde el inicio de las movilizaciones de los 'chalecos amarillos'. "No podemos aceptar que haya personas que se aprovechen de estas manifestaciones para romper, quemar (...). Vienen a romper, a saquear, a desafiar a las instituciones", ha reprochado.
En ese sentido, ha asegurado que estos "vándalos (...) no tendrán la última palabra". "Nos aseguramos de sean arrestados para que la justicia pueda condenar, a fin de garantizar el orden público", ha apostillado.
Además, ha anunciado que con vistas al próximo sábado, día elegido por los 'chalecos amarillos' para sus protestas, se ha tomado la decisión de incrementar el despliegue policial: se movilizarán a 80.000 miembros de las fuerzas de seguridad y 5.000 policías y gendarmes.
Desde la oposición, Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa, ha criticado ya la iniciativa a través de su cuenta en Twitter. "Philippe no autoriza manifestarse a los manifestantes.De lo contrario, serán fichados. El rey de los Shadocks está en Matignon", ha apuntado refiriéndose a la popular serie de animación de los Shadocks, unos pájaros estúpidos que vivían en su propio planeta, y al Palacio de Matignon, residencia oficial del primer ministro.