INFORMACIÓN DE WIKILEAKS
El Gobierno de Francia ha convocado al embajador de Estados Unidos para pedirle explicaciones por el supuesto espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al actual presidente, François Hollande, y a sus dos inmediatos predecesores en el cargo, Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac, según una fuente diplomática.
Según la información divulgada por Wikileaks, la NSA habría espiado entre 2006 y 2012 a los gobiernos de Chirac, Sarkozy y Hollande, lo que incluye tanto a los presidentes como a altos cargos de sus respectivas administraciones, para obtener información privilegiada sobre temas candentes de las relaciones bilaterales y con Europa.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, subrayó que EEUU ha violado la confianza de su país y pidió que repare "el daño causado" por esa práctica "inaceptable". En la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, el primer ministro tachó ese espionaje de "muy grave y anormal entre Estados democráticos aliados", y consideró que "no es legítimo" proceder a ese tipo de vigilancia "en nombre de los intereses nacionales". Valls estimó que Washington debe "ir más lejos" que con los compromisos adoptados en 2013, cuando aseguró haber puesto fin a esas prácticas, y abogó por el establecimiento de "un código de buena conducta" en materia del respeto de la soberanía.
Por su parte, Estados Unidos rechazó estar interviniendo las comunicaciones del presidente de Francia, François Hollande, y negó también que lo vaya a hacer en el futuro. "No estamos interviniendo ni vamos a intervenir las comunicaciones del presidente Hollande", aseguró Edward Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. "De hecho, como hemos dicho anteriormente, no llevamos a cabo ninguna actividad de vigilancia en el extranjero salvo que haya una razón específica y comprobada de seguridad nacional", agregó.
El Frente Nacional, en contra
"Esas escuchas, que se añaden a las ya conocidas sobre la vida privada de nuestros compatriotas, son una amenaza directa para nuestra independencia nacional, la soberanía de Francia y su seguridad", indicó en un comunicado su presidenta, Marine Le Pen.
Ese espionaje, según Le Pen, es "extremadamente grave" y Francia debe "reaccionar con firmeza y enviar una señal fuerte retirándose de las negociaciones en marcha sobre el funesto" acuerdo de libre comercio e inversiones entre la UE y EEUU.
"La extraordinaria complacencia de las autoridades francesas ante esos métodos debe cesar", indicó Le Pen, que subrayó que los franceses deben tomar consciencia de que Estados Unidos "no es un país aliado o amigo".
Ese país, en su opinión, es una "potencia económica dispuesta a todo" para incrementar su influencia en Francia, y esta situación debe incitar al Gobierno galo a "recuperar el sentido del interés nacional". Para la presidenta del FN, esa revelación debe hacer que se examine igualmente la decisión de Sarkozy de que Francia volviera en 2009 a la estructura militar integrada de la OTAN, que en estos momentos, a su juicio, aparece como "un error estratégico grave".