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Turismo en Navidad

La fobia al turismo llama a muchos destinos navideños a aplicar medidas para desviar a los viajeros a otras ciudades

Aunque para la economía es una buena noticia, no lo es para los destinos que reciben miles de turistas y que convierten las vacaciones soñadas en un auténtico infierno. El turismo de masas ha provocado el colapso en muchas ciudades y aunque ha aumentado el riesgo de atentado terrorista esto no ha frenado la llegada de miles de viajeros

Ciudades como Ámsterdam, Venecia, Berlín y Roma se convierten en atractivos turísticos en Navidad por sus numerosos mercadillos, sus espectaculares luces y su ambiente festivo. Situación que desemboca en la llegada desproporcionada de viajeros que saturan hoteles, restaurantes e incluso plazas y calles.

Es por esto que cada vez se escucha más el concepto de 'antipublicidad turística', una estrategia que emplean los destinos vacacionales más saturados para desviar a los turistas a otras zonas menos congestionadas. Se trata de aplicar restricciones en muchas de sus actividades turísticas, aumentar las tasas e incluso llegar hasta las prohibiciones.

Restricciones en Ámsterdam

Ámsterdam es uno de los ejemplos más claros. Si hablamos de restricciones, esta ciudad ha prohibido usar sus famosas bicicletas a todo aquel viajero que haya consumido cerveza. Una forma de desviar la simpatía turística. Además, sus residentes siguen sorprendidos por la decisión que se tomó para retirar uno de sus carteles más emblemáticos y a la vez punto de encuentro para los más aficionados a las fotos.

Roma aumenta la tasa turística

En Roma, sus espectaculares luces navideñas acogen cada año a miles de viajeros y, por eso, han aumentado sus tasas a los visitantes para evitar las aglomeraciones. El Ayuntamiento ha decidido aplicar un nuevo incremento a la tasa por pernoctación que viene cobrando desde 2011 a todos los turistas que se alojan en uno de los establecimientos de la capital.

Países que velan por el mantenimiento de monumentos

Pero también, se vela por el desgaste de los ecosistemas y el mantenimiento de monumentos y zonas emblemáticas, como es el caso de Tailandia, que tiene que cerrar durante un mes al año sus 155 parques nacionales y el de India, donde podríamos ser sancionados si visitamos más de 3 horas su joya monumental, el Taj Mahal.