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Finlandia cierra todas sus fronteras menos una con Rusia para frenar la llegada de migrantes

Finlandia estrecha sus fronteras con Rusia y cierra todos los pasos fronterizos menos uno para evitar el paso de refugiados.

Finlandia ha decidido blindarse y cerrar todas sus fronteras con Rusia excepto una. En un esfuerzo por detener el flujo de asilo hacia la nación nórdica, el Gobierno finlandés comenzó la semana pasada por cerrar cuatro de sus fronteras, y ahora ha decidido ampliar la medida, que se pondrá en marcha en la medianoche de este viernes.

"Evaluaremos constantemente el contenido y el alcance de esta decisión. Estamos dispuestos a tomar medidas adicionales rápidamente, pero también, si esta actividad y este fenómeno terminan, a eliminar las restricciones", ha dicho en rueda de prensa la ministra de Interior de Finlandia, Mari Rantanen.

Según Finlandia, el Kremlim podría estar detrás de la llegada masiva

Las autoridades finlandesas consideran que esta llegada masiva de solicitantes de asilo está impulsada por el propio Kremlin, que permite a los migrantes ingresar en la frontera a pesar de no contar con todos los documentos en regla. Helsinki ha registrado más de 700 solicitantes de asilo ruso tan solo en el mes de noviembre.

Ante esta situación, el primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, se ha puesto en contacto con la parte rusa para expresar "su preocupación y decepción" ante esta situación en la frontera.

Cambios en la política fronteriza de Moscú

Hace unos meses, Moscú cambió su política fronteriza y pasó de impedir el tránsito de ciudadanos extranjeros sin visado o pasaporte a facilitar su llegada hasta la frontera común.

El gobierno finlandés sospecha que pueda tratarse de un campaña orquestada por el propio Kremlin con el fin de colapsar los servicios de inmigración y en respuesta a la reciente entrada de Finlandia en la OTAN. "Rusia nos recuerda todos los días que Finlandia ha entrado en la OTAN. Creo que esta vez puede ser el acuerdo DCA el que haya desencadenado esta situación", ha afirmado Sauli Niinistö, el presidente finlandés.

Un único paso abierto

El único paso que queda abierto es el de Raja-Jooseppi, en el extremo norte de la frontera entre ambos países. Es una zona con temperaturas gélidas y en la que apenas hay edificaciones tanto en territorio ruso como finlandés.

Según la Guardia de Fronteras, en la última semana se produjo un aumento en el flujo de solicitantes de asilo de terceros países. Han entrado en Finlandia más de 200 refugiados, procedentes, sobre todo, de Irak, Yemen y Somalia. Por contra, en los tres meses anteriores entraron 91. Para poder llegar hasta allí habrían pagado precios de entre 1.000 y 3.000 euros al cambio, que incluyen una invitación a Rusia, billete de avión, viaje a San Petersburgo y transporte hasta la frontera. La sede de muchas de estas compañías de intermediarios se encontraría en Turquía.

Estonia ha lanzado acusaciones similares a Rusia y se prepara para seguir los pasos de Finlandia.