LEICESTER, REINO UNIDO
Tony Baker y su esposa Jacky estaban durmiendo cuando el techo de su casa adosada en Leicester, Reino Unido, se incendió sobre las tres de madrugada. El matrimonio no se había enterado de lo ocurrido hasta que sus perros, Holly y Poppy, comenzaron a ladrar en la puerta de su habitación.
Fue entonces cuando se despertaron y vieron las llamas por la ventana: el techo de la vivienda contigua se había derrumbado y las llamas estaban a punto de llegar a su casa.
Los Baker despertaron a su nieto Jack, de 16 años, y los tres, junto a los perros, salieron de la casa ante el temor de que se derrumbara. "Estábamos profundamente dormidos cuando todo pasó y como el fuego sólo estaba en el techo, ninguna de las alarmas de la casa se activó", explica al diario The Sun.
Ahora, su casa está en ruinas, pero asegura que si no llega a ser por Poppy y Holly, podrían haber perdido la vida. Por eso, dice bromeando que las recompensará cuando puedan volver a su casa con camas nuevas, snacks y algún tratamiento extra.
Seis camiones de bomberos de Leicester tuvieron que trasladarse hasta la zona para sofocar las llamas, que ya estaban sobre la casa de los Bakers y de dos viviendas más adyacentes.