CONSECUENCIAS DIFÍCILES DE PREVER
La central de Fukushima está ahora mismo liberando en una hora la misma radiación que una persona absorbe en un año.
Los expertos avisan de que los productos de la fisión podrían acabar saliendo a la atmósfera, donde serían dispersadas por el viento.
Las consecuencias dependen de la cantidad de radición que quede en el aire en el momento del contacto con la población. Si es poco, los problemas son apenas perceptible, si la concentración se eleva, pueden hacer que la gente desarrolle un cáncer a largo plazo o incluso que muera.