PARA LAS QUE SE QUEDAN VARADAS EN LAS PLAYAS
Un grupo de expertos australianos asegura que el uso de explosivos es la técnica más efectiva y humana para sacrificar a las ballenas enfermas que se quedan varadas en las playas, informan hoy medios locales.
"Hemos desarrollado una técnica de implosión, que detona una carga que centra su energía en el cerebro. Actualmente no existe un método en el mundo con resultados más rápidos que este", dijo Dough Coughran, experto del Ministerio de Parques y Vida Salvaje del estado de Australia Occidental.
"Detona una carga que centra su energía en el cerebro"
"La detonación es casi instantánea y se termina en un nanosegundo", remarcó Coughran al destacar que la técnica ha sido aceptada y respaldada internacionalmente, según la cadena local ABC. Australia Occidental es la única jurisdicción del país oceánico que utiliza este método para acabar con el sufrimiento de estos enormes mamíferos de 30.000 kilogramos de peso, agregó la fuente.
Las autoridades australianas han registrado desde 1989 unas 146 ballenas jorobadas varadas en las costas occidentales del país, de las cuales 50 fueron halladas vivas, 26 murieron poco después y 16 fueron sacrificadas.
El proceso para aplicar la eutanasia a una ballena se da después de una exhaustiva evaluación clínica y profesional y en la mayoría de los casos la decisión depende del grado de sufrimiento y las posibilidades de recuperación.
El experto en explosivos Ian Styles explicó que en esos casos la implosión de una ballena, animales de más de 30.000 kilogramos de peso que no pueden ser sacrificadas instantáneamente con el disparo de un rifle, es la manera más humana de acabar con su sufrimiento.
Además las inyecciones letales suponen una muerte lenta del animal y se corre el riesgo de dejar un cebo contaminado de gran tamaño.
"Ponemos la carga en la parte superior de la cabeza de la ballena, un poco por detrás de su orificio, y el objetivo es penetrar su sebo y su cráneo", explicó Styles, al referirse a esta ingrata tarea, que según el experto es necesaria en los casos en que ya no hay posibilidades de salvar a los cetáceos.