Estados Unidos
Es la primera demanda del Departamento de Justicia de EEUU sobre un estado desde la sentencia "Roe contra Wade" que anulaba la protección federal del derecho al aborto.
El Departamento de Justicia de EEUU ha presentado este lunes una demanda contra el estado de Idaho por su ley contra el aborto con el objetivo de proteger los derechos de los pacientes a acceder a la atención médica de emergencia garantizada por la ley federal. Estados Unidos desafía la ley que entrará en vigor el 25 de agosto y que impone una prohibición casi total del aborto.
Así lo ha anunciado el Fiscal General del Estado de EEUU, Merrick Garland. Considera que la ley impide abortos necesarios cuando la salud de la mujer embarazada está en riesgo. Se demanda a Idaho por violar la Ley federal de Trabajo y de Tratamiento Médico de Emergencia.
"El día que Roe y Casey fueron anulados, prometimos que el Departamento de Justicia trabajaría incansablemente para proteger y promover la libertad reproductiva", dijo el Fiscal General. "Eso es lo que estamos haciendo y eso es lo que seguiremos haciendo. Usaremos todas las herramientas a nuestra disposición para garantizar que las mujeres embarazadas reciban el tratamiento médico de emergencia al que tienen derecho según la ley federal".
Garland añade que examinarán "de cerca" las leyes estatales sobre el aborto "para asegurarnos de que cumplan con la ley federal". En una nota, el Departamento de Justicia asegura que la ley federal es "clara". El secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, explica que "los pacientes tienen derecho a estabilizar la atención en la sala de emergencias del hospital sin importar dónde vivan".
Al borde de la muerte para recibir atención
"Las mujeres no deberían tener que estar al borde de la muerte para recibir atención. El Departamento de Salud y Servicios Humanos continuará trabajando con el Departamento de Justicia para hacer cumplir la ley federal que protege el acceso a la atención médica, incluidos los abortos", detalla Becerra.
Se trata de la primera acción de la Justicia estadounidense contra uno de sus estados después de que el pasado mes de junio el Tribunal Supremo anulara la sentencia "Roe contra Wade" que anulaba la protección federal del derecho al aborto.