Invasión rusa de Ucrania
El Gobierno de Estados Unidos ha aconsejado en privado a sus homólogos ucranianos que no rechacen el diálogo con Rusia. Biden busca así una salida a su difícil panorama electoral en las 'midterm'.
Cumpliéndose ya ocho meses y medio desde el estallido de la guerra en Ucrania, y sin alcanzar una solución pacífica, el Gobierno estadounidense habría recomendado en privado, y con el objetivo de que se hiciera con la máxima discreción, que Ucrania no cierre la puerta a negociar con Rusia una salida pacífica a la guerra. Estas informaciones han sido publicadas por el diario 'The Washington Post', que habría hablado con un funcionario al tanto de esas delegaciones, pero cuya identidad no ha sido desvelada.
Según ese funcionario anónimo, Estados Unidos está tratando de ganar tiempo para que algunos países hasta ahora leales a Rusia, cambien su postura según vean que Putin no quiere buscar una solución dialogada a la guerra para poner punto y final a las hostilidades. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya ha advertido de que no negociará nada con el Kremlin mientras prosiga la ocupación del Ejército ruso en su territorio, aunque esta sugerencia de los americanos podría cambiar las cosas.
Rusia, consciente de que se le acumulan los problemas en el frente, se prepara para mandar nuevos soldados que están siendo actualmente entrenados en Kaliningrado. Y es precisamente Vladímir Putin quien, tras 19 años siendo presidente (entre 1999 y 2008 y posteriormente, desde 2012), ve cómo su poder ya no está solo mermado a nivel internacional. También en su propio país siguen creciendo las voces críticas contra él, y busca reforzar la unidad en el Kremlin para evitar que la situación se complique.
Estados Unidos, en su propia guerra interna
Este consejo del Gobierno estadounidense a Ucrania llega a tan solo dos días de unas elecciones que pueden llegar a cambiar por completo la estrategia con Ucrania. Las elecciones al Congreso pueden suponer un refuerzo, un castigo o un martirio para Joe Biden, muy criticado en sus dos años como presidente por aspectos como la caída de Afganistán, e incluso poniéndose en entredicho la salud del mandatario, al que se le ha visto dormido o desorientado en numerosas ocasiones.
Además, los sondeos son muy poco favorables a los demócratas. El pilar principal que no quieren perder es el Senado, crucial para aprobar una gran cantidad de proyectos legislativos, y que los republicanos podrían recuperar el próximo martes 8. Por otro lado, está la Cámara de Representantes, donde se espera una larga batalla, aunque los demócratas cuentan con una ligera ventaja en la recta final. El problema es que esa ventaja se ha reducido considerablemente con el paso del tiempo.