CONDENADO A CUATRO MESES DE CÁRCEL
Unas 200 personas tuvieron que abandonar la terminal del aeropuerto de la capital estonia después de que el español identificado como Damián Rubiales Carrasco, de 35 años, se le ocurriera gastar la desafortunada broma cuando facturaba su equipaje.
La policía registró su pertenencias y también la terminal, y cuando los agentes comprobaron que todo fue una broma, el aeropuerto volvió a operar con normalidad.
Rubiales Carrasco fue detenido por la policía estonia y llevado ante un juez de guardia, que le dejó en libertad condicional tras condenarle a cuatro meses de prisión.
Las autoridades aeroportuarias informaron de que ningún vuelo fue cancelado por el incidente.