CRITICA LA "PÉSIMA" ATENCIÓN DE NEPAL
"Hemos pasado la peor experiencia del mundo", asegura uno de los 127 españoles que han sido evacuados de Katmandú y que, más allá de la tragedia del terremoto en Nepal, se muestra muy crítico con la reacción del país: "Las condiciones han sido pésimas, la atención del país ha sido pésima, la atención de las compañías ha sido pésima", ha resumido.
Este español ha descrito las horas previas a la evacuación: "Las aerolíneas y el aeropuerto nos han tratado fatal. Hemos estado como 50 horas encerrados, no nos dejaban salir, nos han robado...", ha comentado, denunciando que las autoridades nepalíes les han tratado "como a perros". Según ha dicho, adultos y niños han estado sin mantas en una pista incluso bajo la lluvia y con "mucho frío". En el aeropuerto "cada botella de agua costaba 10 euros" y las autoridades sólo les dejaban abandonar las instalaciones si pagaban un nuevo visado.
Por eso y porque la ayuda que ha llegado al aeropuerto no ha empezado a notarla aún la población, ya que a los nepalíes sólo les dieron una botella de agua y un solo día, según relata, Herranz ha cargado duramente contra el Gobierno nepalí, al que ha calificado directamente de "asqueroso": "Es la peor escoria que he visto en mi vida, no recomiendo a nadie que vaya a ese país".
En cambio, ha afirmado sentirse "orgulloso" del Gobierno español, que les ha sacado del país, a pesar de que no todo ha sido fácil con las autoridades españolas. "Por lo menos me saca y no intenta robarme como han hecho ellos, que, literalmente, nos han robado", ha dicho.
Jonathan Herranz, extremeño de 27 años residente en Barcelona, relata también otra parte de la experiencia, la que vivió cuando se dirigía en coche al aeropuerto después de 19 días en Nepal, para continuar en Japón el viaje de seis meses que tenía previsto hacer: "El coche saltó, yo me metí en una casa con el coche empotrado, mi conductor no salió y mis compañeros tampoco. Corrí unos 45 minutos en shock hasta el aeropuerto, vi cabezas, brazos, ríos de sangre y gente muy preocupada, toda la ciudad está en el suelo".
"Mi viaje ha terminado ya porque psicológicamente no me encuentro bien", ha relatado a los periodistas en el aeropuerto de Nueva Delhi. Herranz llegó a India entre los primeros españoles en ser evacuados de Katmandú.
Junto a los turistas han llegado a Nueva Delhi un guipuzcoano afincado en Nepal desde hace 22 años, Mikel Aingeru, y su esposa Lisa, de nacionalidad nepalí, que llevan dos noches durmiendo "en una campa, con los vecinos", alimentándose como pueden de té, café y galletas. "Colaboramos todos, sacando mantas, algún colchón, esterillas, son horas eternas porque no puedes dormir, estás mal alimentado, cada vez que notas una vibración piensas que puede ser igual de grande, una angustia total", ha rememorado.
A Aingeru le pilló el terremoto estando en la agencia de viajes que regenta, situada en el barrio de Tamel y desde la que da servicio a grupos españoles. Este español pudo salir de a un jardín y allí permaneció seis horas hasta que pudo regresar a su casa. Tamel, ha explicado, es el barrio "mochilero por excelencia" y no tiene posibilidades de escape, porque los edificios están muy juntos y apenas entra un taxi. El matrimonio prevé quedarse unos días en la India para superar el shock y regresar a Nepal a ayudar a sus vecinos. En Katmandú sigue habiendo gente sepultada y la ciudad se enfrenta ahora a posibles problemas de desabastecimiento de agua, de petróleo y de alimentos, ha descrito este español.