Estado Islámico
La restitución a la Embajada se ha convertido la mayor devolución de piezas históricas de un país a su legítimo propietario.
España se ha convertido en el primer país en conseguir pruebas acerca de cómo se financia el Estado Islámico a través del expolio y la venta de obras de arte. Parte de las pruebas han sido entregadas "de forma provisional" a la embajada de Libia en Madrid.
El primer botín de arte antiguo incautado en España consta de 12 obras robadas de los museos y yacimientos de Abaida, Apolonia y Cirene: ochos mosaicos y varios torsos y cabezas de la época griega y romana. Las autoridades pertinentes consiguieron hacerse con ellas gracias a una operación en marcha contra la financiación del terrorismo del Estado Islámico.
Las piezas, que cuentan con un gran valor y que procede de los saqueos del ISIS, fueron incautadas en 2018 en un anticuario de Barcelona por la Policía Nacional en una operación denominada Harmakhis, que terminó con dos españoles detenidos por financiación del terrorismo, receptación, contrabando y falsedad documental. Es más, el anticuario fue acusado por crear una red internacional de proveedores con la que accedían a numerosas piezas arqueológicas provenientes de civilizaciones antiguas.
A pesar de que han pasado casi cinco años desde la incautación, las obras no han descansado en la embajada de Libia hasta hoy. Esto se debe a que fueron trasladadas al Museo Arqueológico Nacional y al Instituto de Patrimonio Cultural de Madrid para someterlas a las pruebas pertinentes.
El acto de entrega se oficializó el pasado viernes en un hotel de Madrid. Al acto asistió el embajador libio en España, Walid Abu Abdula, acompañado de los representantes del Ministerio de Cultura y de Asuntos Exteriores. Nos encontramos ante la mayor devolución de piezas históricas de un país a su legítimo propietario.
Abdula ha declarado que el primer paso para recuperarlas era "demostrar que las piezas eran de origen libio". Según la información proporcionada por la investigación judicial, se ha acreditado que todas las obras arte proceden de Libia, concretamente, de zonas que fueron controladas por los terroristas islamistas desde el 2011 hasta el 2016.
El embajador libanés ha agradecido a las autoridades españolas su trabajo en la operación Harmakhis, remarcando la tristeza que le produce que su país se esté enfrentando a unos grandes desafíos en lo concerniente al patrimonio cultural.
A su vez, ha destacado que es la primera vez que se consigue vincular "la venta de antigüedades con la financiación del terrorismo".
Finalmente, Emilio Ramírez, abogado de la Embajada, ha tildado como algo "vital" el trabajo de cooperación realizado entre la Embajada libanesa y las autoridades españolas. Ramírez ha subrayado el hecho de que todavía quedan muchísimas obras expoliadas por el Estado Islámico, por lo que ha hecho un llamamiento para que se recuperen al ser "patrimonio de la humanidad" y de "la historia de Libia".