Estados Unidos
El agente que la esposó, el oficial de Policía de Fort Lupton Jordan Steinke, está acusado de un delito de intento de homicidio imprudente.
Comienza el juicio contra un policía de Colorado, en Estados Unidos, que detuvo a una mujer y la metió en un coche patrulla en medio de un paso a nivel, siendo arrollada por un tren. La mujer sufre varias lesiones y el abogado del agente asegura que no se puede probar que el agente actuase de manera imprudente y afirma que no se dio cuenta.
El juicio es contra el oficial de Policía de Fort Lupton Jordan Steinke, quien dejó a una mujer esposada en la parte trasera de un automóvil policial que estaba estacionado encima de unas vías de tren, siendo arrollada por un tren momentos después. Ahora, los testigos prestan declaración para arrojar luz sobre los hechos.
Uno de ellos Ralph Andrew Olivas, un ingeniero de locomotoras de 'Union Pacific Railroads' que estaba en el tren que chocó contra el coche patrulla. Olivas y su conductor vieron las luces de emergencia de los autos de la policía desde la distancia pero, debido a la curva de la vía y su distancia, no se dieron cuenta de que ninguno de los vehículos estaba realmente en la vía.
Cuando él y su conductor se dieron cuenta de que había un coche de policía en las vías, estaban a unos 40 o 50 metros de distancia mientras viajaban a unos 75 kilómetros por hora. Inmediatamente, presionó el freno de emergencia mientras continuaba tocando la bocina del tren, que pesaba más de 11.000 toneladas. Después de la colisión, el tren necesitó más de un kilómetro para detenerse por completo.
En el juicio, se mostraron las imágenes del escalofriante accidente grabadas por la cámara corporal del agente. En ellas, se puede ver cómo el agente esposa a la mujer al coche patrulla, claramente situado sobre las vías del tren. La mujer, al ver la locomotora acercándose, grita mientras uno de los policías se aleja del vehículo. Finalmente, el coche es embestido brutalmente por el tren, provocando graves lesiones en la mujer.
Durante la reproducción del vídeo en el juicio, se pudo ver a Steinke muy afectado e, incluso, llorando. En otros momentos, parece cubrirse los oídos, los ojos y la boca. En las imágenes de la cámara corporal, el agente parece angustiado mientras llora, respira con dificultad y repite: "Oh, Dios mío". Steinke ha sido acusado de un delito grave de intento de homicidio imprudente y un delito menor por negligencia.