TURQUÍA | CIENTOS DE HERIDOS
Las declaraciones del presidente turco, Abdulá Gul, se producen un día después de que la Policía antidisturbios utilizara gases lacrimógenos y cañones de agua durante 18 horas, prácticamente sin interrupción, para desalojar a los miles de manifestantes que se concentraban en la plaza Taksim.
"Si la gente tiene quejas (...), entonces es nuestro deber entablar un diálogo con esa gente y escuchar lo que tienen que decir", ha declarado Gul. En cambio, "los que emplean la violencia son algo diferente y tenemos que distinguirlos", ha proseguido. "No debemos dar ninguna oportunidad a la violencia (...). Esto no sería permitido en Nueva York, no sería permitido en Berlín", ha afirmado.
El presidente turco ha adoptado una actitud más conciliadora frente a los manifestantes que el primer ministro del país, Recep Tayyip Erdogan, que los ha calificado de "chusma". Sin embargo, ambos han coincidido en afirmar que la violencia en las calles no será tolerada.
Por su parte, el jefe de los servicios de Inteligencia de Israel (Mossad), Tamir Pardo, ha solicitado un encuentro con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en un viaje secreto que ha realizado al país para encontrarse con el subsecretario de la agencia de Inteligencia turca, Hakan Fidan.
La solicitud por parte del jefe del servicio de Inteligencia israelí de reunirse con Erdogan no ha obtenido respuesta por el momento, según informa este miércoles el diario turco 'Hurriyet'.
El encuentro entre Pardo y Fidan, que tuvo lugar este lunes en Ankara, tuvo como objetivo compartir información sobre la situación en Siria, además de la influencia de Irán en el país. Así, ha trascendido que dialogaron acerca de la información de que la Guardia Revolucionaria iraní y el servicio de Inteligencia de Siria están trabajando en oposición del Gobierno turco.