Brasil
Michelle Bolsonaro y Damares Alves se han reunido en secreto con las líderes comunitarias del proyecto social que atiende a las menores venezolanas a las que el presidente, Jair Bolsonaro, llamó prostitutas.
Continúa la polémica en Brasil por las recientes declaraciones del presidente Jair Bolsonaro sobre unas menores venezolanas de quienes insinuó estaban siendo víctimas de explotación sexual. Acaba de salir a la luz que tras dejar caer que dichas jóvenes eran prostitutas la primera dama Michelle Bolsonaro, y la exministra de la Mujer y la Familia Damares Alves se han reunido en secreto con las líderes comunitarias del proyecto social que atiende a esas jóvenes.
Bolsonaro relató en un podcast cómo tras ver a un grupo de "niñas guapas, de 14 o 15 años", pidió entrar a su casa, donde se topó con un veintena de ellas "todas muy arregladas" para, dijo, "ganarse la vida".
"Paré la moto en una esquina, me quité el caso y miré a unas niñas, tres, cuatro, guapas, de 14, 15 años, arregladas un sábado y vi que se parecían un poco. Se dio la oportunidad, volví, '¿puedo entrar en tu casa?' Entré. Había unas 15, 20 chicas, sábado por la mañana, arreglándose, todas venezolanas", dijo.
A continuación contó que les preguntó por qué se arreglaban todas ellas un sábado. "Para ganarse la vida. ¿Quieres eso para tu hija?" preguntó a la gente.
Uno de los tópicos recurrentes en la campaña de Jair Bolsonaro es que Brasil se convertirá en la nueva Venezuela si gana las elecciones Luiz Inácio Lula da Silva.
Toda esta situación ha sido utilizada por la candidatura de Lula que publicó un vídeo aunque el Tribunal Superior Electoral ordenó posteriormente retirar al defender que estaba descontextualizado. La decisión fue tomada por el presidente de la corte, el juez Alexandre de Moraes, aliado inesperado para un BolsonaroBolsonaro, que en anteriores ocasiones le ha llamado "canalla", entre otros insultos.
El encuentro de la primera dama y la exministra de la Mujer y la Familia Damares Alves ha sido en secreto después de varios días en los que insistieron en reunirse con las jóvenes para intentar matizar aquellas palabras y mitigar el daño causado por las mismas.
Las muchachas se habrían mostrado reacias a recibir a la esposa y a la aliada del presidente Bolsonaro hasta que se hizo efectiva la presión de María Teresa Belandria, la representante en Brasilia del líder opositor venezolano, Juan Guaidó.