EN UN BARRIO JUDIO DE NUEVA YORK
En la última imagen que se tiene del niño, grabada por una cámara de seguridad, se le ve cruzando la calle primero solo pero después vuelve sobre sus pasos siguiendo a un hombre.
Ese hombre sería su presunto asesino. Al parecer el pequeño de ocho años se perdió cuando volvía a su casa de un campamento de verano y fue a él, un completo desconcido con el que se cruzó en la calle, al que le pidió ayuda para regresar.
Sin embargo, el destino del pequeño fue bien distinto, el asesino se lo llevó a su casa, ubicada en un vecindario del barrio judío de Nueva York. Allí lo habría matado y después descuartizado. Los restos los metió en una maleta que arrojó a un contenedor.
Los vecinos se volcaron en la búsqueda del menor. Unos 2.000 voluntarios rastrearon junto a los agentes. Pero tan solo dos días después de su desaparición la policía halló la maleta. Gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad pudieron identificar al hombre, un oficinista de 35 años, y detenerle. En el registro de su casa encontraron más restos del niño en la nevera.
El detenido ha declarado ante la Policía que sintió panico cuando vió el operativo de búsqueda del niño, y que por eso lo mató.