TIENEN ENTRE 10 Y 16 AÑOS
Jeremy Freeman, un mecánico de motores sargento de EEUU, llegó a su casa el jueves en Keller, en Texas, tras un despliegue de siete meses en Afganistán. Su historia está dando la vuelta al mundo ya que pocas horas después del aterrizaje sorprendió a sus tres hijos en sus colegios.
Primero fue a recoger a su hija mediana Makenzie, de 13 años, cuando estaba haciendo una prueba para el equipo de baloncesto de su escuela y ella inmediatamente se lanzó a sus brazos. "Simplemente verlos juntos me hizo feliz", explica la mujer del sargento a ABC News.
Entonces se fueron a ver a su hija mayor, Lauryn, de 16 años, que estaba participando en una ceremonia en su instituto. Por último, fueron a ver a Stanley, el menor de la familia, que tiene 10 años.
Los pequeños pensaban que su padre no llegaría hasta el 24 de noviembre tras siete meses sin poder verlo, por lo que la emoción del reencuentro les invadió.