EN HOUSTON
Una joven de 13 años llamada Breanna Sadler ha usado audífonos desde que era un bebé, pero su nivel de escucha fue disminuyendo hasta perderlo por completo y no poder entender hablar a nadie.
De esta manera, a los ocho años, se le puso un implante neuronal en la cabeza para que pudiera escuchar pero explotó a causa de unas descargas eléctricas, provocandole daños. Tras cinco años se le volvió a colocar otro con el fin de que este si funcionara. En el vídeo se ve como la niña se prepara con el técnico del centro de audición.
Tras comprobar que funcionaba la madre la pregunta: "¿Puedes oirme?", y Breanna responde: "¡Si!", comenzando a llorar de la emoción.
La familia estuvo durante cinco años con juicios con el fabricante, Avance Bionics de Valencia, hasta que en 2013, se le otorgó 7,25 millones de dolares y el Centro de Audición y Lenguaje en Houston, consiguió colocarle el nuevo.