ABANDONA EL PODER CON 61 AÑOS DE EDAD
El emir -de 61 años- convocó a los miembros de la familia real y prominentes figuras de la sociedad catarí a una reunión para hacer el anuncio de su abdicación, con el que pretende asegurar la monarquía absolutista dentro de su familia y alejándola de revueltas. Está previsto que mañana el jeque se dirija a la nación para explicar su decisión, sobre la que se habían extendido los rumores en las últimas semanas ante el supuesto debilitamiento de su estado de salud.
De hecho, según la televisión catarí Al Yazira, algunos de los aliados más estrechos del emirato ya habían sido avisados de esas intenciones. En medio de los preparativos por el traspaso de poder, se espera que el futuro emir reciba en los próximos dos días a los ciudadanos cataríes que deseen mostrarle su lealtad. Frente al golpe palaciego que dio en 1995 el actual emir para deponer a su padre, la estrategia del jeque Hamad ha pasado esta vez por colocar al frente del país a su hijo Tamim sin armar revuelo.
El príncipe ya fue designado heredero del emirato el 5 de agosto de 2003, cuando su hermano mayor, el jeque Yasim, renunció en su favor, y desde entonces ha tenido una agitada agenda internacional como parte de su preparación. Más conocido por haber comprado el club francés Paris Saint Germain o impulsado el Mundial de fútbol en su país en 2022, ese joven apasionado de los deportes acumula cargos como el de subcomandante en jefe de las Fuerzas Armadas o presidente del consejo de directores de la Autoridad de Inversiones de Catar. Nacido el 3 de junio de 1980 en Doha, el príncipe Tamim es el cuarto hijo del emir Hamad, y el segundo que este tuvo con la jequesa Moza.
Tamim recibió una cuidada educación británica desde la secundaria y se graduó en 1998 en la prestigiosa academia militar de Sandhurst. Ha representado a su país en un buen número de viajes oficiales, sobre todo a otros países de la región, y durante su intervención en foros internacionales no ha dudado en defender las revoluciones democráticas árabes.
En su nuevo papel, Tamim deberá continuar con el proyecto iniciado por su padre, que sacó al país de su tradicional aislamiento internacional para darle una nueva dimensión como mediador en la cuestión palestina y patrocinador de la primavera árabe. Convertido en un actor clave en la región, Catar es un pequeño país rico en recursos energéticos que ha ganado influencia en los últimos años gracias al canal televisivo Al Yazira.
Casado con dos mujeres y padre de seis hijos, su presencia en cumbres y conferencias no le ha impedido gestionar sus grandes intereses económicos en multinacionales ni cultivar sus dotes deportivas. Miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 2002 y presidente del de su país, Tamim es un declarado aficionado al fútbol, la natación, y el tenis, deporte en el que incluso llegó a representar internacionalmente a Catar.
Para el analista del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos Mohamed Ezz el Arab, el anuncio del traspaso de poder en Catar "no es una sorpresa y venía preparándose desde hacía más de dos años por lo débil que está la salud del emir". Asimismo, destacó que Tamim está ya al cargo de materias exteriores e interiores como las relativas a la seguridad, y es "muy probable" que su padre siga ejerciendo el poder hasta que culmine el traspaso de los principales asuntos del emirato.