Elon Musk
El empresario sudafricano acordó bajo contrato con Twitter, no hacer tuits que desacreditaran a los directivos de la red social mientras durase la operación de compra.
Elon Musk, con la adquisición de Twitter asegura la defensa de la libertad de expresión sin ningún tipo de censura. Sin embargo, el propio Musk ha aceptado morderse la lengua y limitar sus críticas a la red social en sus tuits mientras dura la operación, según figura en el contrato de 73 páginas en el que rubrica su compra de la empresa.
El principio general del contrato es que las dos partes deben consultar y consensuar los comunicados de prensa y otras manifestaciones. Lo que no es habitual es el final de esa cláusula del contrato: "Se permitirá al inversor [Elon Musk] publicar tuits sobre la fusión o las transacciones contempladas en el presente contrato, siempre que dichos tuits no menosprecien a la compañía o a cualquiera de sus representantes".
Durante las últimas semanas, y debido a la repercusión extra que ha tenido el magnate por la primera compra del mayor número de acciones en Twitter, Musk ja ganado más de cinco millones de seguidores en su cuenta privada de la red social (ahora suya) y ya tiene 85,8 millones.
El fundador de Tesla tuiteaba: "Por 'libertad de expresión' me refiero simplemente a lo que se ajusta a la ley. Estoy en contra de la censura que va mucho más allá de la ley". Sus compañías han exigido acuerdos de confidencialidad para evitar críticas que pudieran desacreditar a Musk y que le alejasen de ser un "absolutista de la libertad de expresión", como ahora se define.
Habrá sanción si se rompe el acuerdo
En el contrato de la compra de Twitter, registrado incluso por la propia empresa ante el organismo supervisor con sede en Whasington, no aclara qué podría ocurrir si Elon Musk tuitease, en estos momentos, en contra de la compañía, pero sí especifica que si se rompe el acuerdo, el culpable tendría que pagar a la otra parte 1.000 millones de dólares.
El contrato da hasta el 24 de octubre para cerrar la operación, pero ese plazo puede ampliarse otros seis meses y los bancos de inversión Goldman Sachs y JP Morgan han expresado ya al consejo de administración de Twitter su opinión de que el precio ofrecido por Musk es justo desde un punto de vista financiero.